El bumping según la UCES

28 de noviembre de 2018

Las entradas fraudulentas en nuestro país se producen por miles cada año, siendo los principales afectados inquilinos de pisos o unifamiliares sin la debida protección. A partir de estudios realizados por la Unión de Cerrajeros de España (UCES), solamente el 20% de las cerraduras montadas en nuestros edificios, sirven para resistir el bumping.

Y ¿qué pasa con el 80% restante? Lo cierto es que las viviendas o empresas que no poseen sistemas contra el bumping, son muy vulnerables. La única buena noticia es que los ladrones que emplean este procedimiento no son todos, solamente parte de ellos saben llevarlo a cabo con solvencia.

Por otro lado, se han desarrollado nuevos métodos de apertura con bumping, concretamente con una herramienta automática que no hace más ruido que una máquina de afeitar y que puede resultar catastrófica para los inquilinos.

Hay que insistir en que este método es peligroso por varios motivos, sobre todo porque es rápido y no hace ruido. Se trata de los procedimientos de entrada fraudulenta que no dejan huella, tal y como ocurre con la impresión o impresioning. El bumping será evitado mediante la colocación de cerraduras con mecanismos específicos que entorpezcan el movimiento interior de la llave.

Si el propósito de este método es descolocar los pistones, los sistemas contra robo deberán preservar los pistones de cualquier tipo de agresión. La UCES también recomienda que las acciones de cerrajería a realizar en los edificios, sean acordes a las exigencias que fija la norma, y para ello es imprescindible que de los trabajos se encarguen solamente cerrajeros cualificados, maestros cerrajeros quienes saben cómo realizar los trabajos de modo que ningún ladrón (ni siquiera el más experimentado) pueda acceder al interior de su inmueble a través del mencionado método ni de cualquier otro. Es sobre todo importante evitar a presuntos cerrajeros que le sacarán el dinero sin realizar trabajos profesionales, sino por el contrario chapuzas que pueden deteriorar la cerradura y hacer que los cacos lo tengan mucho más fácil a la hora de entrar.